Trece días al mes, doce sin saber de usted, once pensando en ti y diez llorando por ti.
Nueve idas al doctor, ocho para diagnosticar el mal de amor, siete tratando de olvidar el aroma tuyo en el colchón, seis sin saber por que te fuiste sin dar explicación y cinco días sin comer gracias a este mal de amor que cuatro horas al día y multiplicadas por tres me hacen lloran dos veces sin saber una sola razón por que te fuiste y no has de volver.
Trece días son suficiente, pienso yo, para olvidar este amor, pero me di cuenta que doce suena mejor en el momento de sumar once razones para no llorar diez horas al día por este amor, nueve paso pensando en ti gracias a esas ocho horas y siete minutos que hablamos de ti y de mi, seis sin pensar en el ayer, cinco sin saber por qué, cuatro agrupando tres razones y dos para clonar una hora a tu lado y cero aquí estoy pensando.
Trece los intentos de conquistarte, once los rechazos, diez los golpazos, que me diste en nueve oportunidades que tuviste, ocho los insultos que en siete días y seis noches me brindaste en cinco copas y cuatro shoot de tequilas y en tres horas la cena para dos y una sola fue la comida que no quedó naufraga en el mesón y cero los besos que mi diste en el colchón.
El oficio sagrado...
Hace 10 años
0 comentarios:
Publicar un comentario